En el mundo empresarial, a menudo se mide el éxito en cifras, contratos y objetivos cumplidos. Sin embargo, en Imatel tenemos nuestra propia métrica para saber si estamos haciendo las cosas bien: la calidad de las personas que nos rodean.
Este año, para nuestra tradicional celebración navideña, apostamos por lo que mejor nos define: la cercanía, la confianza y la autenticidad. Por eso, el pasado viernes vivimos una jornada inolvidable en un escenario con mucha solera: la Sociedad Sanpedrotarra.
85 razones para brindar
No fue una comida cualquiera. Tuvimos la inmensa fortuna de reunir a 85 amigos. Y decimos «amigos» y no solo «asistentes», porque lo que se vivió ayer fue una reunión de amigos.
En las mesas se mezclaron clientes que llevan años confiando en nosotros, proveedores que nos facilitan el día a día, partners estratégicos y, por supuesto, todo el equipo de Imatel. Ver a todos estos grupos interactuando, riendo y compartiendo anécdotas es la mejor demostración de que las relaciones profesionales, cuando se cuidan, se convierten en vínculos personales sólidos.
El «Efecto Carlos»: Un chef en el equipo
Si el ambiente fue de diez, la gastronomía no se quedó atrás. Pero aquí viene lo que hace especial a esta celebración: no contratamos un catering externo.
La comida, absolutamente exquisita, fue preparada con mimo y dedicación por nuestro compañero Carlos. Cocinar para 85 comensales no es tarea fácil; requiere organización, talento y, sobre todo, mucho cariño por lo que se hace. Carlos demostró que, además de ser un gran profesional en su trabajo diario, tiene un don espectacular para los fogones.
Desde los aperitivos hasta el plato principal, todo estaba delicioso. El hecho de que un compañero cocine para el resto transforma el evento: ya no es solo «comer», es compartir el esfuerzo y el talento de alguien de la casa. Eso es hacer equipo.
Cultura de empresa y diversión
La elección de la Sociedad Sanpedrotarra no fue casual. Las sociedades gastronómicas son templos de la buena mesa y la conversación sin prisas. El ambiente que se generó fue de pura diversión, con una sobremesa que se alargó entre risas y brindis por el futuro.
En Imatel cerramos este año con la satisfacción del deber cumplido, pero sobre todo, con la energía recargada gracias al calor de todos los que nos acompañasteis.
Gracias a los 85 amigos que hicisteis del viernes un día memorable.
¡Por un 2026 lleno de nuevos proyectos y, ojalá, más recetas de Carlos!